Si vamos a
comenzar un huerto, lo normal es que compremos las semillas para empezar a cultivar, o directamente los
plantines. Pero, que sea más fácil no significa que sea lo mejor. Si ya tenemos
un poco de experiencia, además de sembrar, podemos producir nuestras propias semillas.
Para esto, debemos
hacer una buena selección, elegiremos las plantas más vigorosas, y sanas.
TOMATES:
En los tomates, es importante
que los dejemos madurar en la planta
hasta que empiecen a marchitarse. Extraemos sus semillas frotando los tomates partidos sobre una tela
de algodón o una servilleta de papel dejándolas secar al sol.
Acelgas y espinacas:
Para
seleccionar acelgas y en general todas las plantas que consumimos por sus
hojas, nos fijaremos tanto en su aspecto
externo (forma, color, resistencia… ¡ No es necesario hacer la
consulta a especialistas de moda!!). Una vez elegida la planta, la dejaremos
que se forme la flor. Cuando la planta esté seca, la cortaremos y colgaremos en
un lugar aireado durante unos días para que termine de secarse. En el momento
en que esté totalmente seca y en un día que haga sol,( ahora es necesario
sentarse frente al televisor y ver a los pronosticadores del tiempo comentando
el clima, o de lo contrario, pregúntele a GOOGLE-ese sí, que sabe todo!).A
continuación, extendemos la planta en
una tela y la golpeamos hasta desmenuzar las inflorescencias. Después
seleccionaremos manualmente las semillas y las guardaremos en un frasco de vidrio para
su conservación.
Conservación de las semillas:
La mayoría
de las semillas pueden guardarse durante varios años, pero
varía en función de la especie. Las tendremos que guardar en un lugar oscuro, seco y fresco; lo
meteremos en un frasco de vidrio cerrado herméticamente con un papel donde
indique el nombre de la planta, variedad, cuándo la cultivamos y algunas de sus
características que a usted le parezca de utilidad.
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